El espacio se encuentra en la esquina de un edificio con fachada de vidrio y con unas vistas muy atractivas, esta condición se convirtió en prioridad, buscando que la mayoría de los usuarios pudieran tener acceso a éstas vistas. El resultado fue una distribución en forma de “L”, que inicia con una sala de juntas en el vértice, y a sus costados se acomodan 7 cubículos privados. Estos cubículos se contienen a través de una “segunda fachada” de vidrio que permite el paso de la luz natural al espacio central.

La distribución, permitió liberar un área bastante amplia al centro del espacio en dónde pueden trabajar hasta 16 personas. Para separar y contener esta zona, así como generar espacio de almacenamiento, se diseñó un archivero de concreto que imita la “L” de los cubículos y detrás del cuál se colocó una cortina azul que se puede acomodar en diferentes posiciones para dar mayor o menor privacidad según la ocasión lo amerite.

Entendiendo que el trabajo de los abogados es de mucha seriedad, rigidez y largas horas, se pensó en un espacio que sea amigable con sus usuarios, promoviendo un ambiente tranquilo, cómodo y de horizontalidad entre los empleados. Se diseñaron gran parte de los muebles de acuerdo con este concepto, y se seleccionaron todos los acabados.

El color azul de la cortina, que coincide con el del logotipo del despacho, se utilizó para resaltar muchos detalles como las patas de las mesas y la estructura de los archiveros, dando más vitalidad al espacio pero sin perder la imagen corporativa. Así, con elementos sencillos y una línea clara de diseño se logró plantear un proyecto con mucha flexibilidad que permite y promueve la convivencia entre los usuarios durante sus distintas actividades laborales.